El Señor Jesucristo y la gloria de Dios
Por el pastor Josep Segurado
Hace tres años, el 2 de noviembre del 2016, en los bajos de una cafetería céntrica en Tarragona, se dio el comienzo de lo que hoy conocemos como la Iglesia Bautista Bona Nova. Esa tarde de miércoles, un pequeño grupo nos reunimos por primera vez para tener un estudio bíblico y un tiempo de comunión cristiana. Muy pronto pudimos ver la mano del Señor obrando y haciendo crecer el grupo hasta el punto de necesitar un lugar más estable y práctico para las reuniones semanales.
Desde entonces, ese pequeño grupo ha crecido progresivamente. Unos han llegado y otros ya no están con nosotros, pero el fundamento y base que dieron lugar a este inicio no ha cambiado ni cambiará: el Señor Jesucristo y la gloria de Dios.
Este es un aspecto que como pastor me gusta recordar a menudo, pues es la razón principal por la que esta iglesia ha sido establecida. Una iglesia no es un centro social, ni un pasatiempos, ni siquiera un lugar donde encontrar refugio emocional. Aunque la iglesia puede proveer para estas necesidades y tantas otras, ese no es su principal cometido.
En el libro de Hechos leemos como los cristianos se reunían para perseverar en la doctrina de los apóstoles (Hechos 2:46). La misma doctrina que enseña que el creyente en Cristo Jesús ha sido comprado a un precio altísimo, la sangre de Cristo (1 Cor. 6:20). La misma doctrina que enseña que el creyente en Cristo Jesús ha sido transformado y que por lo tanto debe dejar su vida vieja atrás (2 Cor. 5:17). La misma doctrina que enseña que el creyente en Cristo Jesús debe andar como Cristo anduvo (1 Juan 2:6). Y todo ello con un propósito: La gloria de Dios. Cuanto más nos parecemos a Dios más gloria le damos.
Es por eso que la iglesia no consiste en lo que nos gusta, sino en lo que agrada a Dios. Aquí no hablamos en lenguas aunque hay quien sabe varios idiomas, ni profetizamos, pues creemos tener la revelación completa de Dios en Su Palabra. Tampoco hacemos sanaciones, porque esperamos y creemos en el Médico Divino. Ciertamente todavía no somos perfectos y todos nosotros cometemos errores. Muchas cosas se podrían hacer diferentes e incluso mejor, pero una cosa hacemos, y juntos proseguimos a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. (Fil.3:13-14)
Este es el deseo de la Iglesia Bautista Bona Nova. Crecer en el conocimiento de Dios, dejando que Su luz nos transforme, sometiéndonos a Su autoridad divina, para poder ser luz del Evangelio en la ciudad de Tarragona.
Debemos ser una familia unida, hijos e hijas de Dios con una misma meta: Reconocer a Dios como nuestro Padre celestial, al Señor Jesucristo como nuestro Señor y al Espíritu Santo como nuestra guía. Amándonos con amor entrañable, en ese vínculo perfecto que es el amor. Respetándonos y ayudándonos mutuamente, viviendo en santidad, separados de la influencia pecaminosa de este mundo de pecado del cual hemos sido rescatados.
Mirando hacia atrás, en este segundo año de vida de la Iglesia Bautista Bona Nova, no podemos más que elevar nuestras voces y darle la gloria debida a Su nombre por todo lo que ha hecho en medio nuestro: La salvación de varias personas, los bautismos, la nueva escuela dominical para niños, los días de evangelismo como iglesia, los cientos de folletos repartidos, las muchas visitas, varias actividades como iglesia, visitas de diferentes predicadores, etc.
Pero lo que está en el pasado, está en el pasado. Ahora toca mirar hacia adelante. Así que, con este propósito renovado, propongámonos acercarnos a Dios, buscarle y agradarle en todo lo que hacemos. Oremos los unos por los otros. Mantengámonos firmes en el fundamento de la verdadera iglesia: el Señor Jesucristo y la gloria de Dios.
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